Vistas de página en total

42,163

miércoles, 4 de mayo de 2022

MES DE MAYO, MES DE MARÍA: DIA CUARTO.


 



Visita a la Imagen de NUESTRA SEÑORA DE 

COSAMALOAPAN, que se venera en su iglesia 

parroquial en el pueblo de este nombre.

 

 

   Esta milagrosa Imagen de María Señora Nuestra, es el amparo y consuelo, no solamente del pueblo de Cosamaloapan, sino de todo el Estado de Veracruz, como lo manifiestan los prodigios que todos los días obra en favor de aquellos habitantes, y la tierna devoción que todos ellos le profesan; favores y devoción que se han continuado sin interrupción en dos siglos y medio que tiene la santa Imagen de ser venerada en Cosamaloapan. Cuál haya sido su origen, y cómo viniese a este pueblo, dice el «Zodiaco Mariano,» no consta por relación alguna impresa o manuscrita; solo se sabe por tradición de padres a hijos, que en el camino que va de la Veracruz vieja a la nueva, hallaron una mula muerta cargada con una caja rotulada «a la iglesia de Cosamaloapan,» y que dentro venia la dicha Imagen; pero quién la enviaba, quién la llevaba, quién mató a la mula, nunca se ha sabido ni aun siquiera por tradición; pero sea de esto lo que se quiera, la protección que María Santísima dispensa a aquella comarca, por medio de esta sagrada Imagen, es tan visible, que los Sres. Obispos le han otorgado multitud de gracias, y el mismo Sumo Pontífice concedió jubileo plenísimo en los días de la Asunción y de la Concepción de la Santísima Virgen.

 

   En el primero de estos días es la fiesta principal, solemnizándose también el segundo, y en uno y otro y en los días de las novenas, el concurso de gente es innumerable, yendo muchísimas personas de Veracruz, Alvarado, Cordoba, Ornaba, Puebla y aun de otras partes más remotas.

 

   La Sacrosanta Imagen parece representar la Soledad de la Santísima Virgen: es de talla de vara y cuarta de estatura, y tiene en la parroquia de Cosamaloapan una capilla muy buena con un decente tabernáculo, guarnecido con vidrieras: vence colgados en la capilla muchos votos, que son otros tantos testigos de la beneficencia con que la soberana Reina ha favorecido a sus devotos, que en esta sagrada Imagen la han implorado en sus necesidades, no siendo menor testimonio de la piedad de los fieles, las alhajas con que se halla adornada.

 

   La fama de los prodigios obrados por la santa Imagen, llegó a oídos del Sr. Obispo de Puebla, D. Juan de Palafox, quien dispuso que se escribiesen y autenticasen los principales, y de, los cuales tomaremos dos o tres, por no permitirnos referir más la extensión de este devocionario.




 

   Navegando de Alvarado a Veracruz una fragata, sobrevino tan fuerte temporal, que estando cerca de Medellín, dio la fragata, contra unos arrecifes, y se hizo pedazos tan completamente, que solo quedaron pequeños fragmentos, y en ellos se mantuvieron quince personas tres días con sus noches, sin comer, beber ni dormir, y sumergidas en el agua hasta la cintura. Invocaron entonces con verdadera fe a Nuestra Señora de Cosamaloapan, prometiendo ir descalzos en romería a su Santuario, si los libertaba de tan grande peligro: los oyó la Gran Señora, cesó el viento, salieron a tierra en una balsa que se proporcionó y cumplieron su promesa.

 

   Un niño, hijo de Juan Alvarado, vecino de Veracruz, estaba agonizando, de suerte que ya se tenía prevenida la mortaja para enterrarlo: sus afligidos padres ocurrieron por el remedio a Nuestra Señora de Cosamaloapan, y luego cobró el niño la salud; y para memoria del prodigio colgaron la mortaja en la capilla de la soberana Reina.

 

   Una mujer, también de Veracruz, se quebró una pierna; fué, aunque con muchos dolores y grande trabajo, al Santuario de Cosamaloapan, y luego quedó sana.

 




    Un religioso franciscano huía perseguido por los indios de Nuevo-Méjico, y se encontró con un rio muy caudaloso que le impedía pasar, cuando ya los indios lo alcanzaban: en tal conflicto invocó a la Virgen de Cosamaloapan, y sin saber cómo, se halló en la orilla opuesta y fuera de peligro; por lo que, agradecido, vino al Santuario en romería.

 

   No concluiríamos, si tratásemos de referir los demás prodigios de esta sagrada Imagen; basten los dichos para avivar nuestra fe, y encender más y más nuestro afecto hacia la Reina de los Ángeles.

 

 

 

VIDA DE MARÍA

María en el Templo.

 

 

   Hemos admirado ayer justamente la pronta obediencia de María Santísima a la voluntad de Dios, en su presentación al templo; examinemos hoy con respeto las heroicas virtudes que practicó durante su permanencia en él, y nuestra admiración se aumentará como la de un hombre que no había visto la luz, y después de la aurora contempla la brillantez del sol. Todas las virtudes practicó María en grado heroico durante su residencia en el templo, pero la que más sobresalió fué la humildad. ¡Qué empeño para no distinguirse entre sus compañeras! ¡qué solicitud par a servir en cuanto podía! ¡qué creencia tan profunda de su indignidad ante Dios, cuando no tenía criatura semejante en el cielo ni en la tierra! ¡qué desprecio a los honores y la gloria del mundo! ¡cómo sacrificó al Señor su juventud, sus goces, el porvenir halagüeño que el mundo le ofrecía, y hasta su misma reputación, pues al consagrar a Dios su virginidad, echaba sobre si, en opinión de su pueblo, un grande baldón, por que renunciaba a la esperanza de ser ascendiente del Mesías!

 

 



 

HUMILDAD DE MARÍA

María, rozagante y bellísima Campánula.

(Campanilla médium.)

 

 

   ¡Con cuánta razón se ha dedicado a María el mes de las flores! los jardines matizados de vividos colores, simbolizan en cada una de sus plantas las perfecciones y atributos de la Reina del Cielo, y la campánula, entre ellas, nos ofrece un símil bellísimo de la humildad de María. El tallo de la campánula es pequeño, no descuella, sino que antes se oculta entre las otras flores, como la Virgen Santa pretendía hacerlo

entre sus compañeras: estando inclinada, dirige sus pistilos hacía el suelo como los ojos de María: su bellísimo color violado carece del brillo de los de otras flores, porque parece que no quiere llamar la atención, pero no por esto es menos hermosa ni deja de atraerse las miradas con lo numeroso de las flores de sus lindos ramilletes, como la humilde María, que no quería ser conocida, pero que lo era como nadie por sus muchas buenas obras.

 

 


 

ORACIÓN

 

 

   Grande es ¡oh Virgen Sacratísima! nuestra conclusión, al comparar tu profundísima humildad, siendo la virtud misma, con nuestra soberbia, cuando somos el mismo pecado: te rogamos encarecidamente que nos dirijas una mirada de compasión, la cual nos dará gracia para que nos enmendemos: asi te lo pedimos, interponiendo para conseguirlo, los méritos que contrajiste durante tu permanencia en el templo de Jerusalén, y confiamos en que lo obtendremos a vista de la protección que tu misericordia dispensa; por medio de tu milagrosa Imagen de Cosamaloapan, y entonces se cumplirá el mayor de todos nuestros deseos, que es hacerte compañía y alabarte por toda la eternidad. Amén.

 

 

 

MEDITACIÓN

 

 

1—Llenémonos de vergüenza a la vista de nuestra soberbia, y lloremos todos nuestros pecados con el mayor dolor.

2—Consideremos, con el pecho lleno de la más viva gratitud, el beneficio incomparable que nos hizo el Señor al dotar a su Santísima Madre de tan relevantes méritos, puesto que podemos interponerlos entre nuestras almas y la divina Justicia.

3—Consideremos detenidamente los funestísimos efectos de la soberbia, que ha ocasionado la caída de los ángeles y de los hombres en el cielo y en el Paraíso: ella es la que ha traído consigo la ruina de los imperios, la destrucción de las ciudades, la muerte de innumerables hombres en sangrientas batallas, las acciones más innobles y la pérdida de muchísimas almas: detestémoslas en consecuencia, y amemos la humildad, fuente de incalculables bienes eternos y temporales, etc.

 

 




 

CANTO

 

Contemplad a la cándida Virgen

Ante el ara de Dios prosternada;

Contempladla, su frente sagrada

Sobre el polvo llorando poner.

 

Al cielo alza plegaria sencilla,

Que se eleva cual humo de incienso.

Y al pasar por el cóncavo inmenso

A los astros conmueve el placer.

 

De rodillas se pone el arcángel

Y la toma y la lleva al Eterno,

Y el augusto Jehová sonríe tierno,

Escuchando tan santa oración.

 

Mientras tanto la Virgen sin mancha

En su inmensa humildad imagina

Que no irá a la presencia divina

la plegaria que eleva a su Dios.

 

Y la escucha el Señor más benigno,

Porque humilde cual nadie la envía

la Purísima y bella María,

Que á Jehová como nadie agradó.

 

Y el Criador con semblante risueño,

Asi dice de amor conmovido

Al Empíreo que estaba reunido

De su espléndido trono en redor.

 

«La rodilla doblad respetuosos.

Y mirad de Solima el Santuario.

Allí se halla el divino Sagrario,

Donde iré por el hombre á morar:»

 

«Como a Reina adoradla humillados,

Tan heroica virtud admirando,

Que María en Salem practicando

Consiguióme cual nadie agradar.»

 

Y entretanto la tierra ignorante

A su augusta Señora no vía,

En la célica y bella María

Que por ella rogaba al Señor.

 

Mas nosotros por dicha suprema

Como Madre afectuosa la amamos,

Y cual Reina y Señora le enviamos

Humillados ferviente oración.

 

 

 

PRACTICA PARA MAÑANA

 

 

—Rezar una Ave María cada vez que se oiga dar alguna hora.

 

 

 

 

MES DE MARÍA: LAS FLORES DE MAYO.

Por LUCIO MARMOLEJO (1868).

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario