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viernes, 1 de octubre de 2021

MARTIROLOGIO ROMANO APROBADO POR SU VENERABLE SANTIDAD PÍO XII EN 1956. OCTUBRE: DÍA 2.



Santos Ángeles de la Guarda




 


El Altísimo mandó a sus ángeles que cuidasen de ti;

los cuales te guardarán en cuantos pasos dieres;

te llevarán en sus manos;

no sea que tropiece tu pie contra la piedra.

(Salmo 90, 11-12)

 

 

—La festividad de los santos Ángeles Custodios.

 

 Los hijos de los reyes no salen sino escoltados de personas encargadas de velar por ellos y defenderlos en caso de necesidad. Pues bien, todos los cristianos se han vuelto, por su bautismo, hijos del Rey de los cielos. Es por esto que Dios da a cada persona un compañero fiel encargado de guardarla, conducirla y gobernarla. Este compañero es nuestro ángel de la guarda. Debemos, en este día de su fiesta, agradecer a la bondad divina por este singular favor; y, al mismo tiempo, dar gracias a estos espíritus bienaventurados por la solicitud con que velan sobre nosotros y nos acompañan desde la cuna hasta la tumba. Es la finalidad que persigue la Iglesia al establecer la fiesta de hoy.

 

Oremos: Oh Dios, que, por inefable providencia, os dignáis enviar a vuestros santos ángeles para que nos guarden, conceded a nuestras humildes súplicas la gracia de ser sostenidas por su protección, y el gozo de ser en la eternidad los compañeros de su gloria. Por J. C. N. S.

 

—En Roma, el suplicio de san Modesto Sardo, Levita y Mártir, el cual, en el imperio de Diocleciano, fue atormentado con el ecúleo y abrasado en el fuego. Su cuerpo, trasladado después a Benevento, fue colocado en una Iglesia que lleva su nombre.

 

—En territorio de Arras, el triunfo de san Leodegario, Obispo de Autún, el cual, habiendo sufrido por la verdad muchas injurias y diversos tormentos, fue muerto por orden de Ebroíno, Mayordomo del Rey Teodorico.

 

—En Nicomedia, san Eleuterio, soldado y Mártir, con otros innumerables, los cuales, falsamente acusados de haber puesto fuego al palacio de Diocleciano, todos por orden del mismo cruelísimo Emperador, eran muertos, a montones; descabezados unos, quemados otros en hogueras y otros precipitados en el mar. El más insigne entre todos fue Eleulerio, que, por mucho tiempo atormentado y saliendo de cada suplicio más animoso, purificado en el fuego como el oro, coronó la victoria de su martirio.

 

—En Antioquía, los santos Mártires Primo, Cirilo y Secundario.

 

—El mismo día, san Gerino, Mártir, que fue hermano de san Leodegario, Obispo de Autún, y por orden del mismo Ebroíno, murió apedreado.

 

—En Constantinopla, san Teófilo, Monje, el cual, por la defensa de las sagradas Imágenes, cruelísimamente azotado por León Isáurico y relegado al destierro, pasó al Señor.

 

 

 

Y en otras partes, otros muchos santos Mártires y Confesores, y santas Vírgenes.

 

 

R. Deo Gratias.

 


MARTIROLOGIO ROMANO APROBADO POR SU VENERABLE SANTIDAD PÍO XII EN 1956. OCTUBRE: DÍA 1º.

 

OCTUBRE, MES DEL SANTO ROSARIO DE MARÍA

 

 

San remigio, Obispo y Confesor de la Fe.

 






Conforme a la santidad del que os llamó,

sed también vosotros santos en todo vuestro proceder.

(1 Pedro 1, 15)



—San Remigio, Obispo de Reims y Confesor, que durmió en el Señor el 13 de Enero, pero es venerado especialmente en este día, a causa de la Traslación de su cuerpo.

 

n. hacia el año 438; † 13 de enero del año 533

 

San Remigio, el gran apóstol de Francia, fue ilustre por la ciencia, la elocuencia, la santidad y los milagros que jalonaron sus largos setenta años de episcopado. Elegido por Santa Clotilde para instruir religiosamente al rey Clodoveo, su esposo, que había decidido abrazar el cristianismo, tuvo el santo obispo el consuelo de bautizarlo, con dos de sus hermanas, tres mil guerreros y muchas mujeres y niños. Destruyó los ídolos e hizo edificar iglesias. Murió hacia el año 533, casi nonagenario.

 

Oración: Haced, oh Dios omnipotente, que la piadosa solemnidad de San Remigio, vuestro confesor y pontífice, aumente en nosotros el espíritu de devoción y el deseo de nuestra salvación. Por J. C. N. S.

 


El mismo día:

 


El Santo Ángel Custodio de España



   Sobre esta devoción Mons. Eijo Garay escribió en 1917, cuando era Obispo de Tuy: «No se trata de una devoción de origen privado, que pueda parecer a unos o a otros más o menos acertada; se trata de una devoción aprobada por la suprema autoridad de la Iglesia, litúrgica y oficial. La Santa Sede Romana, accediendo a los piadosos deseos del Rey D. Fernando VII, concedió a España que el día 1º de Octubre de cada año se tuviere la fiesta del Santo Ángel Custodio de este Reino, con oficio propio, para darle gracias por la asistencia con que nos favorece, por haber puesto fin al cautiverio del Rey y a tantas calamidades como acaba de pasar España y para impetrar su auxilio y protección en los tiempos venideros». El Papa León XII (1823-1829) concedió la fiesta del Ángel Custodio del Reino de España a petición del Rey Fernando VII.

 

Ángel de España, tan olvidado y

ultrajado, a ti acudimos en

estas horas cruciales. Bendice a

nuestra Nación e implora a

Dios para que guarde a España

de tanto castigo y de las

guerras. Por tu intercesión

pedimos perdón al Padre

Eterno, y ayuda para que

España vuelva a ser mariana y

que nos dé la Paz de Dios.

Amén.

 

—En Roma, san Aretas, Mártir, y otros quinientos cuatro.

 

—En Tournay de las Galias, san Platón, Presbítero y Mártir, que, juntamente con san Quintín y sus Compañeros, caminó desde Roma a Francia a predicar el Evangelio, y después, en la persecución de Maximiano, consumado el martirio, pasó al Señor.

 

—En Tomis del Ponto, los santos Mártires Prisco, Crescente y Evagrio.

 

—En Lisboa de Portugal, los santos Mártires Verísimo y sus hermanas Máxima y Julia, que padecieron en la persecución del Emperador Diocleciano.

 

—En Salónica, san Domnino, Mártir, en el imperio de Maximiano.

 

—En Orbieto, san Severo, Presbítero y Confesor.

 

—En Gante, san Bavón, Confesor.

 

 

 


Y en otras partes, otros muchos santos Mártires y Confesores, y santas Vírgenes.

 

 

R. Deo Gratias.