DÍA VII
Súplica:
Hagámosla fervorosa por las infelices almas que
sienten grande repugnancia a obedecer.
SUJECIÓN DE SAN JOSÉ A LAS ORDENES QUE
SE LE DABAN.
Se sometió Señor
San José al Gobernador que le obligó a marchar a Belén y le obedeció a pesar de
la pena que le causaba ver fatigada a María.
Se sometió al Ángel que le mandó huir a
Egipto y le obedeció no obstante la pérdida que iba a sufrir en su trabajo; “¡Dios lo quiere!” dice, cada vez que recibe una orden, “cumplamos su voluntad.”
Propósito:
De cuantas cosas se nos mandan, ninguna ha tenido
para nosotros los penosos resultados que experimentó en su vida Señor San José.
—A su imitación digamos: Este precepto me desazona, me molesta, me fatiga: pero Dios lo quiere, ¡hágase su voluntad!
Pensamientos piadosos Para el mes de
Marzo.
SR. PBR0. GERARDO HERRERA
Cura. Párroco de San José. (1893).
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