Y tomando José el cuerpo,
le envolvió en una sábana limpia, y lo puso en un sepulcro suyo nuevo (Mt 27, 59-60).
I. Por esta sábana se simbolizan misteriosamente tres cosas:
1º) La carne inmaculada de Cristo. Pues la sábana se hace de lino que se
vuelve blanco al ser muy oprimido, del mismo modo que la carne de Cristo llegó
al candor de la resurrección por muchas vejaciones, como dice San
Lucas: Así
era menester que el Cristo padeciese, y resucitase al tercer día de entre los
muertos (Luc 24, 46).
2º) Se significa la
Iglesia que no tiene mancha ni arruga. Y
esto se expresa por el lienzo tejido de diversos hilos.
3º) Se expresa la
conciencia limpia, donde Cristo reposa.
II. Y lo puso en un sepulcro suyo, nuevo. Dice primero que era suyo. Era muy
conveniente que quien murió por los pecados de otros, fuese sepultado en un
sepulcro de otros.
Además, dice que era nuevo, porque si otros
cuerpos hubiesen sido colocados allí, se hubiera ignorado quién fue el que
resucitó. Otra razón es que quien había nacido de una virgen intacta, fuese
convenientemente
sepultado
en un sepulcro nuevo, de modo que, así como ninguno existió en el seno de María
antes que él ni después de él, del mismo modo ocurriera en el sepulcro. Y también para dar a entender que Cristo
está escondido por la fe en el alma renovada: Para que Cristo more por
la fe en vuestros corazones (Ef. 3, 17).
Y se añade: En aquel lugar, en donde fue crucificado,
había un huerto; y en el huerto un sepulcro, en el que aún no había sido puesto
alguno (Jn 19, 41). Debe advertirse que Cristo
fue apresado en un huerto, padeció en un huerto y fue sepultado en un huerto,
para significar que por la virtud de su Pasión nos libra del pecado que Adán cometió
en un huerto de delicias, y que por él es consagrada la Iglesia, que es como
huerto cerrado.
(In
Matth., XXVII)
MEDITACIONES — Santo Tomás de Aquino
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