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martes, 9 de octubre de 2018

CATECISMO DEL SACRAMENTO DEL ORDEN.




— ¿De qué vais ahora a tratar y con qué fin?

Voy a tratar del Sacramento del Orden sacerdotal, diciendo de él cosas utilísimas y muy dignas de saberse por los simples fieles. Y aunque no les toque a ellos tan directamente este sacramento, como a los que por vocación le reciben, pero pues todos los ministerios a que el Orden habilita son en provecho de los fieles, y ellos gozan abundantemente de tan grandes beneficios, muy justo es que conozcan la fuente de donde proceden, que es este divino sacramento. Además, en los jóvenes puede despertar este conocimiento una santa vocación, y en los padres de familia servirles para desearla en sus hijos, y pedirlo a Dios, y saber dirigirla.


—Decid, pues, ¿qué es el sacramento del Orden?

Es uno de los siete sacramentos, instituidos por Dios en el que se da al hombre la gracia con cierta potestad para las cosas espirituales. El santo Concilio de Trento definió como de fe que es uno de los sacramentos, que en él se da el Espíritu Santo, que imprime Carácter, y que requiere la santa Unción. Todo esto es contra los herejes que niegan estas cosas, y han abolido en sus sectas este sacramento.


— ¿Qué es el carácter?

Una especie de sello en el alma que imprimen tres sacramentos: Bautismo, la Confirmación y el Orden, el cual es indeleble, durando aún en la otra vida, y haciendo que esos sacramentos no se puedan reiterar. Es indicio de potestad, y en el Orden la confiere sobre el Cuerpo real y místico de Cristo.

Bautismo.


Confirmación.


El Orden. 


— ¿Más por qué se llama Orden el sacramento de que tratamos?

Lo primero, por el grande orden y concierto que hay en la república y jerarquía eclesiástica fundada por este sacramento; lo segundo porque tiene sus diversos-grados u órdenes que deben recibirse gradual y ordenadamente; lo tercero porque causa el orden en el pueblo cristiano, dándole cabezas que le gobiernen y dirijan en lo espiritual, sin lo cual no podrá haber orden ninguno.


— ¿A qué llamáis jerarquía eclesiástica?

Jerarquía quiere decir sacro principado, y el Concilio de Trento ha definido de fe, que en la Iglesia católica hay una jerarquía instituida por ordenación divina, y que consta de Obispos, presbíteros y ministros; y que los Obispos son superiores a los presbíteros. Y esto contra los herejes, que han igualado a unos con otros, o los han suprimido del todo.


—Declarad más que cosa sea la jerarquía eclesiástica.

—Declarémoslo. Así como en el cielo estableció el Señor la jerarquía angélica ordenando tres grupos de ángeles, cada uno de los cuales comprende tres coros y subiendo de grado en grado de los Ángeles, los Arcángeles; de estos a los Principados, luego a las Virtudes, Potestades y Dominaciones; y de allí a los Tronos, Querubines y Serafines, así ha querido en la Iglesia, que es su reino en la tierra, establecer también nueve grados de ministros, que incluyendo la tonsura, preparación para las Ordenes, se llaman: Tonsurados, Ostiarios, Lectores, Exorcistas, Acólitos, Subdiáconos, Diáconos, Presbíteros y Obispos, llamados los siete primeros, Ministros, por el Concilio. Son pues nueve grados de ministros que constituyen la jerarquía eclesiástica, como los nueve coros de los ángeles constituyen la celeste jerarquía.


—Y en eso sólo semejan a los Ángeles.

—No solamente; sino que como en ellos, la jerarquía superior tiene el oficio más alto, de perfeccionar, la jerarquía media el de iluminar y la íntima el de purgar, así los Obispos deben ser perfectos, y perfeccionar a los otros, los sacerdotes iluminar con la doctrina, y los ministros purgar de varios modos.


—Más si se cuentan nueve ordenes, ¿no serán otros tantos sacramentos?

No son nueve, sino siete, porque la tonsura, no es orden, sino sólo ceremonia preparatoria para las órdenes, y el episcopado no es totalmente distinto del presbiterado; pero aunque sean siete, no son sino como partes integrantes de un todo único, y por eso no son muchos sacramentos sino uno sólo.


—Confieso no entenderlo aun enteramente.


Pues nos valdremos de ejemplos para declararlo: así como una escala que lleva a lo alto, compuesta de muchos grados o escalones, es no obstante, una, porque destinada a dar acceso a dicha altura, toda ella sirve como medio ordenado a ese fin; así los diversos órdenes, todos se dirigen como una escala al más alto que es el Presbiterado, y forman con él un solo sacramento.


— ¿Y por qué son siete órdenes, y no más?

Por la institución del Señor que así lo quiso; pero dicen los Doctores que estos siete grados del Orden, son como las siete columnas de la casa de la Iglesia que edificó la divina Sabiduría, y como los siete ojos del Cordero y de la piedra viva que es Cristo; como las sietes estrellas que están en su mano derecha y como los siete espíritus que andan por toda la tierra, dando noticia de su majestad y su gloria.


— ¿Y que indican esas comparaciones?

Que con los siete Ordenes se provee a la Iglesia de ministros que son como columnas que la sustentan; como ojos que la vigilan, como astros que la alumbran y como espíritus que la dan a conocer por todo el mundo.


— ¿Y cuáles son estas Órdenes y como se llaman?

—Hay cuatros menores: los del Ostiariado, Lectorado, Exorcistado y Acolitado y tres mayores que son el Subdiaconado, Diaconado y Presbiterado. El Obispo es la perfección del Presbítero, y la tonsura una ceremonia preparatoria de las Órdenes como ya dijimos.


— ¿Por qué se llaman mayores y menores?

Porque unos tienen funciones más dignas, y los otros menos, y al mismo tiempo los unos imponen mayores cargos y obligaciones que los otros, como se verá claramente tratando de ellos en particular, sin omitir lo concerniente a su preparación, o sea la tonsura.

“CATECISMO DEL ORDEN SACERDOTAL”
Y
DEL RESPETO DEBIDO A LOS SACERDOTES.
Por el Presbítero  D. Gabino Chávez (1895).


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