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martes, 11 de junio de 2024

JUNIO: MES DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS. —DÉCIMO PRIMER DÍA: El Corazón de Jesús. Luz de las almas.

 



Jardín del Sagrado Corazón de Jesús. Breve Mes en su honor POR Gabino Chávez, Pbro. México año 1901.

“Entra en este jardín delicioso para reanimar tu alma enferma” — (El Señor a la Santa Margarita María Alacoque)



Acto de Contrición.



 Adorable Salvador mío, lleno de confusión y de vergüenza, vengo a postrarme a vuestras plantas, a pediros perdón y misericordia; bien conozco, Señor, que no lo merezco, antes soy indigno de ser escuchado pues innumerables veces he despreciado la gracia recibida, abusando de vuestra bondad y clemencia; el conocimiento de mi infidelidad é inconstancia me acobarda y desalienta, porque el ingrato no es digno de nuevos favores; pero vuestra voz dulcísima me alienta y anima cuando dice“Venid a mí todos.” ¿Conque aún es tiempo, Jesús mío? ¿puedo aun esperar el perdón y la misericordia? ¡Oh Corazón compasivo de mi Jesús! ¡Bendito seáis! a Vos me acojo, sed Vos mi asilo, mi refugio, mi esperanza y mi consuelo. Padre Eterno, mucho os he ofendido y he sido muy ingrato correspondiendo los favores con ofensas; mas ya me arrepiento muy de veras; perdonadme, y recibid en desagravio el Corazón amorosísimo de Jesús vuestro Hijo: yo os ofrezco sus méritos, sus virtudes y sus penas; y por ellos espero el perdón y la gracia de vuestro amor. Amén.




Oración preparatoria para todos los días.



     Amabilísimo Jesús mío, que con tanto amor convidasteis a la bienaventurada Margarita a que entrase en vuestro Sagrado Corazón, como en un jardín delicioso lleno de flores de admirable variedad, de incomparable hermosura y suavísima fragancia, diciéndole que escogiese cuantas le agradasen. ¡Ah Señor! permitidme entrar, aunque tan indigno, en ese jardín florido, en ese paraíso de celestiales delicias, en vuestro divino Corazón, y si queréis que escoja las flores que me agraden, yo os pido el lirio de la pureza, la rosa del amor, y la violeta de la humildad, ya que con estas las tendré todas, pues son inseparables; y teniéndolas todo mi corazón, a semejanza del vuestro, se transformará en un jardín de delicias para Vos, y entonces podré deciros con la esposa: “Venga mi Amado a su huerto.” Concededme, Señor, esta gracia; quitad de mi corazón las espinas del pecado, destruid todo lo que en él os desagrada, y plantad todas las flores que os deleiten, para que no haya en mí cosa que os disguste, ¡oh mi Dios, y mi amor, y todo mi bien! Así sea.









    DÍA ONCE (11 de junio).



El Corazón de Jesús. Luz de las almas.




1. El evangelista San Juan varias veces llama a Jesucristo luz, luz verdadera que ilumina a todo hombre que viene a este mundo; y la Iglesia en el credo de la Misa, dice del Señor que es luz de luz. Dios verdadero de Dios verdadero. El Verbo salió del eterno Padre como luz de luz, y Jesús del seno de su Inmaculada Madre, como el rayo de la estrella, sin disminuir en lo más mínimo su claridad, como dice San Bernardo. Y así, nuestro divino Redentor es luz en su generación eterna, luz en su nacimiento temporal, y también luz en el templo entre los doctores, luz en la predicación del evangelio, luz cándida en el Tabor, y luz inextinguible en la resurrección y en la gloria.



2. El  Corazón de Jesús, quiso aparecer y ser representado como el centro de vivas llamas. Y como la llama, siendo pura, no sólo calienta, sino también ilumina, de aquí es que el divino Corazón alumbra nuestras inteligencias al mismo paso que enciende los corazones. Y así como en la Eucaristía, el pan que se nos ministra se llama pan de vida y de entendimiento, porque da al mismo tiempo vida al corazón, y luz a la inteligencia; así el sacratísimo Corazón que reside en ese augusto misterio, es llama de amor que calienta las almas y llama de luz que alumbra las mentes. Pidamos que ejerza en nosotros estas dos acciones saludables, calentarnos y alumbrarnos, o como dice la Iglesia, revestirnos por fuera con la luz de sus virtudes, é inflamarnos per dentro con el incendio de sus afectos, para que conformes a la imagen de su bondad, merezcamos participar de su copiosa redención.



PrácticaPedir por los pecadores impuros que cubren la faz de la tierra, y la llenan de hedor é inmundicia.



Oración.


   Vos sois, Señor, en el adorable Sacramento, la luz que ilumina a todos los hombres; el Demonio nos llena de las tinieblas del error, de la soberbia y de la desesperación; y Vos, con vuestras claras llamas nos enseñáis a desbaratarlas con la fe, la humildad y la confianza; el mundo nos engaña con máximas tenebrosas y falsas, y Vos nos alumbráis para que huyamos sus emboscadas; la carne nos precipita en las tinieblas de la impureza, que tanto ciega, y Vos nos enseñáis la blanca pureza, la resplandeciente castidad que alumbra al alma santificando el cuerpo. ¡Bendito seáis, Corazón lucidísimo!; ¡alumbrad mi camino, descubridme las sendas de mis enemigos, guiadme felizmente al puerto de la felicidad eterna! Amén.





Oración par a después de la meditación.


   Corazón de mi Jesús, ya he procurado entrar en el jardín que sois Vos, meditando alguno de vuestros títulos gloriosos, o de vuestros oficios misericordiosos, o de vuestras dignidades maravillosas; ya me he sentado por algunos instantes bajo de la sombra de aquel que había deseado, y he aspirado el aroma de sus purísimas flores, y he saboreado alguno de sus frutos, dulcísimos a mi garganta. Haced, Corazón divino, que yo me nutra con tan regalados manjares, que yo no quiera habitar ya entre la turba de las criaturas; sino que en Vos ponga el dulce nido donde fomente los santos deseos, y los fervientes afectos; y que en vuestro adorable Corazón haga perpetua morada; que allí habite, pues para eso lo he escogido, y allí me vea siempre libre de mis enemigos, siempre lleno de amor para con Vos, siempre agradecido a vuestras grandes finezas; y pasando mi vida allí escondido, como el santo Job pueda allí exclamar: “En mi nidito moriré; y como la palma multiplicaré los días”, (Job. XXIX , 18) siendo trasplantado a los jardines eternos del paraíso celestial. Amén.



—Un Credo al Sagrado Corazón.



JACULATORIA


—Corazón de Jesús, jardín de celestiales delicias.


—En ti viva, y en ti muera, y te goce eternamente.

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