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lunes, 3 de junio de 2024

JUNIO: MES DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS. —CUARTO DÍA.

 



Jardín del Sagrado Corazón de Jesús. Breve Mes en su honor POR Gabino Chávez, Pbro. México año 1901.

“Entra en este jardín delicioso para reanimar tu alma enferma” — (El Señor a la Santa Margarita María Alacoque)




Acto de Contrición.




   Adorable Salvador mío, lleno de confusión y de vergüenza, vengo a postrarme a vuestras plantas, a pediros perdón y misericordia; bien conozco, Señor, que no lo merezco, antes soy indigno de ser escuchado pues innumerables veces he despreciado la gracia recibida, abusando de vuestra bondad y clemencia; el conocimiento de mi infidelidad é inconstancia me acobarda y desalienta, porque el ingrato no es digno de nuevos favores; pero vuestra voz dulcísima me alienta y anima cuando dice: “Venid a mí todos.” ¿Conque aún es tiempo, Jesús mío? ¿puedo aun esperar el perdón y la misericordia? ¡Oh Corazón compasivo de mi Jesús! ¡Bendito seáis! a Vos me acojo, sed Vos mi asilo, mi refugio, mi esperanza y mi consuelo. Padre Eterno, mucho os he ofendido y he sido muy ingrato correspondiendo los favores con ofensas; mas ya me arrepiento muy de veras; perdonadme, y recibid en desagravio el Corazón amorosísimo de Jesús vuestro Hijo: yo os ofrezco sus méritos, sus virtudes y sus penas; y por ellos espero el perdón y la gracia de vuestro amor. Amén.



Oración preparatoria para todos los días.



   Amabilísimo Jesús mío,  que con tanto amor convidasteis a la bienaventurada Margarita a que entrase en vuestro Sagrado Corazón, como en un jardín delicioso lleno de flores de admirable variedad, de incomparable hermosura y suavísima fragancia, diciéndole que escogiese cuantas le agradasen. ¡Ah Señor! permitidme entrar, aunque tan indigno, en ese jardín florido, en ese paraíso de celestiales delicias, en vuestro divino Corazón, y si queréis que escoja las flores que me agraden, yo os pido el lirio de la pureza, la rosa del amor, y la violeta de la humildad, ya que con estas las tendré todas, pues son inseparables; y teniéndolas todo mi corazón, a semejanza del vuestro, se transformará en un jardín de delicias para Vos, y entonces podré deciros con la esposa: “Venga mi Amado a su huerto.” Concededme, Señor, esta gracia; quitad de mi corazón las espinas del pecado, destruid todo lo que en él os desagrada, y plantad todas las flores que os deleiten, para que no haya en mí cosa que os disguste, ¡oh mi Dios, y mi amor, y todo mi bien! Así sea.








        CUARTA MEDITACIÓN (4 de junio).





El Corazón de Jesús, Dominador y Dueño de los corazones.






1. El Señor Dios, Dominador, clemente y misericordioso se llama en la divina Escritura, (Deut. XXXIV, 6) y al Corazón de Jesús le conviene este título, pues por el amor, y la bondad y la clemencia, domina a los mortales, y con su gracia y hermosura como estaba anunciado, apuntó con su arco y marchó prósperamente, y reina por amor y por clemencia, que es el mejor de los reinados. Hagamos que sea el dominador poderoso sobre nuestras pasiones, que nos enseñe a dominarnos a nosotros mismos, y que, poniendo a sus enemigos por escabel de sus pies, domine en medio de todos ellos, y sea reconocido por su Dios y Señor.



2. Señor mío y Dios mío, llama David a cada paso a Jehová, y Señor mío y Dios mío, llama el apóstol Tomás a Cristo resucitado y de la palabra Dóminus, salió el vocablo, dueño, tan cariñoso y tan regalado en nuestro idioma. El Corazón de Jesús, es nuestro dueño: nos ha comprado con su sangre, siendo su minino Corazón donde esa sangre se elaboró para nuestro rescate; con caridad perpetua nos amó, y con cuerdas de Adán nos enlazó y nos atrajo, es decir, con vínculos de amor y de clemencia. Regocijémonos al ser propiedad y esclavos de este divino Corazón y digámosle con David: “Señor, yo soy tuyo, dígnate hacerme salvo.” No dejes perder a quien tanto te ha costado, pues en la cruz me redimiste, no se pierda tanto trabajo. ¡Corazón santo, a tí quiero pertenecer para siempre!



PrácticaSaber llevar con humildad la cruz de Nuestro Señor.




Oración.



   Vos sois, Señor, el Rey de los reyes y el Dominador de los que dominan. Dominad mi alma, Corazón dulcísimo, dominad mi cuerpo, dominad mi ser todo entero con el más dulce de los dominios, que es el dominio de la santa dilección. Aflojad un poco el yugo de estos dominadores tiránicos que tan horriblemente persiguen a la Iglesia y al Pontífice romano. Pues sois dueño de los corazones, y el de los Reyes y gobernantes está en vuestra mano como dicen las Escrituras, y podéis inclinarlo a donde os plazca; amansad a esos leones que devoran a vuestro rebaño. Sed Vos sólo mi dueño; no quiero jamás otro. Vuestro soy, salvadme, porque he buscado vuestras justificaciones. Amén.





—Un Credo al Sagrado Corazón.




JACULATORIA



—Corazón de Jesús, jardín de celestiales delicias.


—En ti viva, y en ti muera, y te goce eternamente.





“JARDÍN DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS”


POR
GABINO Chávez, Pbro (1901).


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