Es parte del tiempo de Cuaresma y
celebramos el Domingo de Ramos, con el ingreso de Jesús en Jerusalén sentado en el borrico y
la bendición de las Palmas; el Lunes Santo, la maldición de la Higuera y la expulsión de los
mercaderes del templo; el Martes Santo, las lecciones de oración y perdón, el sermón de la
montaña; el Miércoles Santo, Jesús es ungido por la mujer en Betania; el Jueves Santo, la
última cena, la institución de la Eucaristía y el orden sacerdotal; el Viernes Santo, el
arresto de Jesús, el juicio ante el Sanedrín y Poncio Pilatos, la Pasión y
Crucifixión de Jesús, se venera la Santa Cruz y se representa el Vía Crucis; el Sábado Santo, el
descenso de Jesús a los infiernos, la sepultura de Jesús y el Santo Sepulcro,
por lo que celebramos la Solemne Vigilia Pascual.
Domingo de Ramos:
Nuestra celebración de la Semana Santa comienza este domingo,
como sabemos, donde hacemos presente la entrada triunfal de Jesús a Jerusalén
que da comienzo a su semana final y al inicio de su Pasión. Los cuatro evangelios relatan esta
entrada triunfal ese domingo por la mañana de hace tanto tiempo, pero que
conmemoramos nosotros hoy. Al recibir las palmas, toma en cuenta que eres parte
de esa multitud. ¿Cómo
caminarás esta semana con Jesús? Deja
que la palma te recuerde de alabarlo con tu devota presencia durante el sagrado
Triduo.
De
acuerdo a Mc 11,11 Jesús regresó esa tarde a Betania, un suburbio de
Jerusalén. Quizá se quedó con sus
amigos Marta, María y Lázaro. Ora con Jesús esta tarde de cara a los
difíciles días que le esperan.
¿Qué
celebramos los cristianos? DOMINGO DE RAMOS.
Se
conmemora la entrada del Señor en Jerusalén y se acostumbra que luego de la
Santa Misa salga la procesión de Nuestro Señor Jesucristo sentado sobre el
borrico y la Bendición de las Palmas.
Con
el recuerdo de Jesús ingresando en Jerusalén triunfante, montado sobre un
borrico (o burrito) y en medio de la ovación de los pobladores que agitaban la
Palmas y Olivos, el mundo católico y cristiano da inicio a la SEMANA SANTA.
Las
Sagradas Escrituras relatan cómo Jesucristo ingresa
en la ciudad santa de Jerusalén y es recibido con entusiasmo y ovación por sus
pobladores, agitando las Palmas en señal de victoria (como se solía
hacer para recibir a los reyes triunfantes).
En
la actualidad las Palmas y Olivos se ofrecen en las afueras de las Iglesias
para luego ser bendecidas por el sacerdote, antes de dar inicio a la Santa
Misa, y con las cuales el pueblo recibirá al sacerdote a su ingreso en la
Iglesia. Luego se procede a dar inicio al Santa Sacrificio de la Misa por el
Domingo de Ramos.
Durante
la Santa Misa el sacerdote ingresa luego de recitar el Evangelio y el pueblo le
saluda con las Palmas, recordando el ingreso triunfal de Jesucristo en la
Ciudad Santa.
“No temas
ciudad de Sión, mira que tu Rey llega sentado en un borrico”. San Juan 12.13, Zacarías 9.9.
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