Después que fueron
pasados los ocho días para circuncidar al niño (Lc 2, 21).
Por varias razones Cristo debió ser circuncidado.
1ª) Para
recomendarnos con su ejemplo la virtud de la obediencia; por lo cual fue
circuncidado a los ocho días como estaba mandado en la ley. Cristo recibió la
circuncisión en el tiempo en que estaba prescrita; y este ejemplo debe ser
imitado en el sentido de que observemos lo que es de precepto, pues cada cosa
tiene su tiempo y oportunidad, como dice el Eclesiastés (8, 6).
2ª) Para que, pues
había venido en semejanza de carne de pecado, no rechazase el remedio por el
cual acostumbraba a purificarse la carne de pecado; y para significar por medio
de la circuncisión el despojo de la generación antigua, vejez de la que somos
librados por Cristo.
3ª) Para librar a
otros del peso de la ley, tomándolo sobre sí, conforme a aquello de San Pablo: Envió Dios a su Hijo, hecho de mujer, hecho sujeto a la ley (Gal 4, 4).
+
Así como Cristo por propia voluntad recibió
muestra muerte, que es efecto del pecado, no teniendo en sí pecado alguno, con
el fin de librarnos de la muerte, y hacernos morir espiritualmente al pecado;
así también recibió la circuncisión, que es un remedio contra el pecado original,
sin tener este pecado, con el fin de librarnos del yugo de la ley, y producir
en nosotros la circuncisión espiritual, esto es, para cumplir la verdad,
recibiendo la figura.
Además,
como dice Orígenes: “Si somos muertos con Cristo que muere y resucitamos con
Cristo que resucita, del mismo modo hemos sido circuncidados por Cristo con circuncisión
espiritual; y, por lo tanto, no necesitamos de la circuncisión carnal.” Esto
es lo que el Apóstol dice a los Colosenses: En el cual (en
Cristo) también estáis circuncidados
de circuncisión no hecha por mano en el despojo del cuerpo de la carne, sino en
la circuncisión de Cristo (Col 2, 11).
(3ª,
q. XXXVII, a. 1).
MEDITACIONES
DE ADVIENTO—NAVIDAD.
Santo
Tomás de Aquino.
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