San Romualdo, Abad.
Velad y
orad para que no caigáis en la tentación.
El
espíritu en verdad está pronto,
pero la
carne es flaca.
(Marcos
14, 38).
San
Romualdo, Abad, Padre de los Monjes Camaldulenses, cuya muerte se conmemora el
día 19 de Junio, pero su fiesta, por la Traslación de su cuerpo, se celebra
principalmente en este día.
San
Romualdo, fundador de los camaldulenses, vivió desordenadamente sus primeros
años; empero, habiendo acompañado a su padre a un duelo, la muerte del
adversario, que era un pariente, tan hondamente lo impresionó, que se retiró a
un monasterio y persuadió a su padre a hacer otro tanto. Al trabajo manual unía
rigurosos ayunos e increíble fervor de oración. No podía soportar que se rezase
con tibieza. “Es mejor –decía– recitar con fervor un solo salmo, que no cien con indolencia”. Murió en el año 1027.
Oración: Haced, os suplicamos, Señor, que la
intercesión de San Romualdo, abad, nos haga agradables ante Vuestra Majestad, y
que obtengamos, por sus oraciones, las gracias que no podemos esperar de
nuestros méritos. Por J. C. N. S.
—En
Augusta de Bretaña, que ahora se llama Londres, el triunfo de san Áugulo, Obispo, el cual, coronando con el
martirio el curso de su vida, mereció recibir los premios eternos.
—En
Frigia, san Adauco, Mártir, de
esclarecido linaje italiano, a quien los Emperadores honraron con casi toda
suerte de dignidades; y por fin, desempeñando aún el oficio de Cuestor, fue
ennoblecido, por defender la fe, con la corona del martirio.
—Allí
mismo, el triunfo de muchísimos santos Mártires, todos
conciudadanos, cuya cabeza era el mismo Adauco; los cuales, siendo todos
Cristianos y persistiendo constantes en la confesión de la fe, fueron
consumidos en las llamas por el Emperador Galerio Maximiano.
—En
Heraclea del Ponto, san Teodoro, jefe del Ejército, el
cual, imperando Licinio, después de muchos tormentos, cortada la cabeza, voló
vencedor al cielo.
—En
Egipto, san Moisés, Obispo venerable, que
primero hizo en el yermo vida solitaria, y después, creado Obispo a petición de
Mauvia, Reina de los Sarracenos, convirtió en gran parte a la fe aquella gente
ferocísima, y, glorioso en méritos, descansó en paz.
—En
Luca de Toscana, el tránsito de san Ricardo, Rey de los Ingleses, que fue padre de san
Villebaldo, Obispo de Eichstadt, y de santa Walburga Virgen.
—En
Bolonia, santa Juliana, Viuda.
Y en otras partes, otros muchos santos Mártires y Confesores, y
santas Vírgenes.
R. Deo Gratias.
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