Todo
pecado y toda blasfemia serán perdonados a los hombres, dice Jesucristo; pero la blasfemia contra el Espíritu Santo no
será perdonada. Y todo el que haya hablado contra el Hijo del hombre será
perdonado; pero al que haya hablado contra el Espirita Santo, no se le
perdonará ni en este siglo ni en el futuro.
¿Qué pecado es el que aquí se trata, que no
ha de ser perdonado ni en este siglo ni en el siglo futuro?
1—Varios doctores han pensado que es
la herejía de Eunomio,
que negó que el Espíritu
Santo fuera Dios.
2—San Hilario dice que el pecado contra el Espirito
Santo consiste en la negación de la Divinidad de Jesucristo. (De Peccat.)
3—San Ambrosio lo hace consistir en el
cisma y en la simonía,
porque Simón
quiso comprar con dinero el
milagroso poder concedido por Jesucristo a los apóstoles. (Lib. II de Penil.)
4—El
papa Gelasio
mira como culpables de este pecado a los que, heridos de un anatema, son y quieren
ser pecadores,
sin ser por consiguiente absueltos ni en la tierra
ni en la otra vida. (Hist. Eccles.)
5—San Cipriano dice que este
pecado consiste en la negación de la fe en tiempo de persecución. (Lib. III. Epist. XIV).
6—Ricardo de S. Víctor dice que consiste en el odio y en el desprecio formales de Dios. (Tract, de
Blasphem. In Spiritu S.)
Los teólogos cuentan seis crímenes contra el Espíritu Santo: entregarse a la persecución...,
abandonarse a la desesperación..., combatir la verdad conocida..., destruir por
envidia la caridad fraternal..., permanecer en la impenitencia..., obstinarse
en la senda del mal... Estos
pecados, en efecto, conspiran perversamente contra la bondad de Dios, bondad
atribuida al Espíritu Santo...
En el texto que hemos citado, Jesucristo no habla de todo pecado contra el Espíritu
Santo, sino solamente de la blasfemia contra esta tercera persona de la
adorable Trinidad, blasfemia que consiste en calumniar las obras evidentemente
divinas y milagrosas, piadosas y santas, que Dios opera para la salvación de
los hombres, y con las cuales confirma su fe y la verdad de su palabra. Tales
son arrojar los demonios, etc.; pues, emanando estas obras de la bondad y de la
santidad de Dios, pertenecen especialmente al Espíritu Santo. Esta opinión
es la de S. Atanasio, S. Ambrosio, S. Jerónimo y
S. Crisóstomo.
El pecado contra el Espíritu Santo no será
perdonado, es
decir, solo se perdonará difícilmente y raras veces. Pero Dios, que es la voluntad
y el poder mismo, puede perdonar y perdona todos los pecados, cuando el pecador
tiene un arrepentimiento sincero... Este pecado no se perdonará
ni en el siglo futuro; porque todo el que muere en pecado mortal, va al
infierno, y no debe esperar ya salir de allí...
Todo pecado de malicia es contra el Espíritu
Santo,
dice Sto. Tomás de Aquino (De Peccat.)
“TESOROS” de
Cornelio Á. Lápide.
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